La
libertad como fundamento de todos los valores
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Por
Richard Sosa
Profesor de
Castellano y Literatura
Artículo publicado en la
revista Derrotero Educativo; órgano divulgativo. Año 2. Nº2. Caracas-Venezuela.
Año 2014
La educación es
un medio privilegiado, sin lugar a dudas, de crecimiento personal para nosotros
como individuos y nuestra sociedad; en este desafío que significa la educación,
cada uno de los que intervenimos en ella tenemos ante nosotros el reto de
descubrir los valores que fundamentan nuestra propia existencia y su sentido
pleno. De hecho, ese descubrimiento debería convertirse en meta por excelencia
del vivir humano: cuestionarse el sentido de la vida, de la vida en general, y asumirlo, ya que en palabras de Frankl
(1966) “el ser hombre equivale a ser
consciente y responsable”(p.23). Precisamente coincidimos en el hecho de que el
hombre pensante y razonable, se detiene a evaluar su propia existencia. Esta no
debe carecer nunca de sentido, y definitivamente, se alcanza a través de la
vivencia e incorporación de los valores.
Ahora bien,
debemos preguntarnos entonces: ¿Qué son los valores? ¿Qué repercusiones tienen
los valores en la vida de todos los seres humanos, para mal o para bien? y ¿qué
podemos deducir sobre lo que plantea
Jean Paul Sartre sobre lo que significa el término libertad en su obra El existencialismo es un humanismo?
En primera
instancia, tenemos que identificar lo que serían los valores. Sin embargo, es
difícil dar una definición de lo que se aprecia como valores puesto que el “concepto” dependerá de
quien lo percibe y de una serie de elementos que no forman parte de este texto.
Algunas características que se le adjudican a los valores son las que emplea
Pereira de Gómez (1998) cuando dice que estos son:
Una cualidad
“objetiva” de todos los seres (personas o cosas) que las hacen deseables o
apetecibles. Todo lo que contribuye al desarrollo, realización y superación del
hombre. Aquello que da sentido a la vida del hombre y de los pueblos. Aquella
cualidad del alma que la mueve a acometer empresas difíciles, venciendo obstáculos y arrostrando peligros (acepción
psicológica del término). (p.110)
Ahora bien,
siempre y cuando estos vayan orientados con un fin educativo en el cual se
promocione la persona y se desarrollen sus capacidades dentro de un contexto
social, estos valores contribuirán al desarrollo del individuo en sí mimo. Al
entender que el hombre es una totalidad unitaria con sus saberes, experiencias
y sentires. De esta manera, entendemos que la educación debe ser proporcionada
de manera integral.
Decimos esto
porque si vivir por unos valores es realizarse, entonces sólo lograremos un
desarrollo armónico de la personalidad
de nuestros estudiantes si logramos vertebrar en los programas
educativos las diferentes especies de
educación con los respectivos valores de manera global, ya que por
tratarse de valores humanos, no deberían estar fragmentados como tampoco ocurre
con nuestra realidad.
Es importante entender que los valores
orientan los objetivos educativos, porque son la motivación última de toda
conciencia humana. Por eso, suscitar valores y crear actitudes debe ser el
contenido de cualquier programa de formación integral y no sólo contenidos de
aprendizaje. A su vez, estas deberán formar parte del individuo que se está
educando para sus futuros roles en la vida.
Por
otro lado, es interesante, a propósito de lo antes expuesto, destacar la idea
de libertad que expone Sartre (s/f) en su conferencia El existencialismo es un humanismo cuando señala que la
paradoja de estar «condenados a ser libres», significa que nuestra conciencia
no está determinada, que el hombre no tiene una esencia, sino una conciencia
relacional de la que no puede liberarse. La libertad no es algo que “tenemos”
sino algo que “somos” aunados a esa conciencia relacional de la cual habla el
autor. Concebir la libertad es concebir que nuestra conciencia puede hallar el
sin sentido, la nada, como una estructura global del ser.
La
libertad Sartriana no es la del
racionalismo clásico (la de elegir lo que el entendimiento me presenta como un
bien), sino una concepción global del ser que mi conciencia me ha descubierto
al hallarse siempre, e inevitablemente, “en situación”. La situación no es,
pues, límite, sino condición de la libertad. Por eso mismo no puedo ser libre
sólo en parte, ni negar, mediante lo que Sartre denomina “mala fe”, mi propia
responsabilidad. Esto implicaría un juicio valorativo en el cual el individuo
cree que la libertad es un valor propio que le permite vivir de acuerdo a sus
propias decisiones y actuar de una manera determinada.
En
ese caso, habría que preguntarse hasta qué punto es eso cierto. De hecho, a
modo de ilustración, pudiéramos pensar: ¿hasta qué punto puede el ladrón actuar
con libertad al tomar lo que no le pertenece? ¿No vive en una sociedad en la
cual se enmarcan ciertas valoraciones respecto a lo que es bueno y malo? Pero
aún así, ¿debe o no debe tomar las pertenencias ajenas? O peor aún, si las toma
y es capturado, ¿no se le inflige un castigo? De manera que, es interesante
plantearnos el porqué si se es libre hasta cierto punto, es en todo caso, relativo
no absoluto. Es decir, no seremos jamás, libres. En el sentido pleno del
término. Entendiendo que no debemos confundir libertad con libertinaje.
Por
estas razones expuestas, es importante que logremos a través del desarrollo del
pensamiento en nuestros estudiantes, independientemente del nivel en el que nos
desenvolvamos, que puedan exponer sus valoraciones sobre la base de argumentos
sólidos para que en el futuro puedan vivir de acuerdo con estos. No criticando
si sus valores son buenos o no sino más bien cómo vivir de acuerdo con ellos.
Finalmente,
podemos decir que un valor es una cualidad intrínseca de los seres humanos y
que de alguna manera no se pueden calificar como buenos o malos. La libertad,
tal como la expone Sartre es importante verla como un valor subjetivo y
limitado por las normas y leyes del país en el cual vivimos. De hecho, el autor
la denomina “el fundamento de todos los valores”.
Referencias
Frankl, V.(1966). Psicoanálisis y existencialismo. De la
psicoterapia a la logoterapia. Fondo de Cultura Económica, México.
Pereira de Gómez, M.(1998). Educación en Valores.
Fondo de cultura económica, Madrid
Sartre, J.(s/f). El existencialismo es humanismo.
Weblioteca del pensamiento. (Documento en línea)
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