Me levantè temprano esta mañana, este día de verano, aùn con el sol sin aparecer para anunciar como cada día su cautivador resplandor. Su inimaginable, pero esperado despertar.
Casi al rayar el alba sòlo con la finalidad de meditar y así reconocer mis errores, mis pocas virtudes; no porque tuviera poca o escasa auto estima, sino que debía ser realista conmigo mismo.
Saber y reconocer en que había fallado, tratar de reparar daños y faltas, a quien había herido y, créanme, que había hecho bastante daño tanto a seres queridos, como a mi propia persona.
Comenzaba a caminar con los pies desnudos, sintiendo la fría arena de tan hermoso paraíso terrenal, con una vista simplemente espectacular e increíble que me hacia sentir muy chico y en cierta forma miserable. Recuerdo a mi familia, lo que fue, mis fabulosos hijos; Estefano y Fabián simplemente inteligentes, creativos y sencillos. Una hermosísima esposa; Lara, esbelta, inteligencia innata que mis hijos sin duda alguna habían heredado y el don de soportar a este; ahora, malgastado retrato de hombre. Una hermosa casa con vista a la gran ciudad, un magnifico auto y hasta una fiel mascota cuyo nombre aun no logro rememorar, un obsequio de su tía abuela en víspera de navidad para los niños cuando ambos contaban 8 y 9 respectivamente.
Todo o hasta mas por lo que había trabajado arduamente en la vida ahora me era gratamente recompensado.
Mis pasos por la fría orilla se hacen cada vez más continuos, mientras mis pies sienten la cálida sensación de relajación repentina frente a tan exuberante arena.
Rememoro a mi espectacular compañera; la cual a pasar de llevar tiempo casada conmigo cuidaba su hermosa figura como si aun fuésemos novios. Dándome dos retoños hermosos como prueba de un ferviente amor por mi; que todo esperaba, nada criticaba, todo soportaba, olvidaba pero como cualquier mortal tenia un limite que yo sobrepase, de modo que un día se marcho.
En este momento, siento como el agua fresca de la playa, baña con delicia mi vieja y cansada piel mientras la arena se desvanece. Como si de mi pobre alma se tratase para limpiar todo el daño que he hecho, tanto a otros, como a mi mismo.
De mis hijos; dos varones y una hembrita de la cual desconocía su existencia. Hasta solo después que mí amada Lara se marcho, yo no sabia que ella se hallaba embarazada. Nunca menciono de la existencia de nuestro último vestigio de amor. De mi pequeña larita, una replica exuberante de su madre. Inteligentes, simpáticos y buenas personas, como lo más hermoso que la vida me dio: su madre. Son hoy por hoy personas respetables que la sociedad aclama con frecuencia.
Pero todos me han abandonado, hasta mi viejo y antiguo perro, mi mascota ya no es tan fiel, me abandono como todos los demás.
Trato de ver hacia atrás, específicamente la arena por donde he cruzado y caminado e intento ver las huellas tras de mi. Pero es algo inútil se han desvanecido, se han borrado cada una a lo largo de mis pensamientos.
No sientan pena por mí aun cuando estoy triste y a punto de llorar, y tal vez en un estado lastimero, por lo que les he contado. De hecho, yo no he sido un santo con ninguno de ellos. A través de mi experiencia, me di cuenta que es importante dedicarles tiempo espacio y amor verdadero no superficial a nuestros amados seres.
Ahora me doy cuenta que falle muchas veces, pero ya es tarde. Es tarde para sentarme a lamentar lo que una vez tuve y probablemente nunca más tendré. Dedique tiempo de sobra a mi trabajo para que tuvieran todo y nada les faltara, nada. Así fue, vivieron la vida que había soñado para ellos. Pero me falto lo más importante: tiempo y continua dedicación para ellos, solo para ellos.
Hasta que un día, Lara, mi amada se marcho con los niños; pensé que pronto regresaría a compartir conmigo pero fue en vano. Al parecer, todo se había acabado, mi familia se había fragmentado. Pero no, un día regresaron después de haberles suplicado su vuelta. Todo marcho perfectamente bien, intente ser mejor pero nuevamente caí en el abismal círculo vicioso negativo del trabajo absorbiéndome cada vez más.
El sol ha despertado finalmente, sus rubios reflejos se hacen sentir y el paisaje empieza a aclarar. Todo cuanto hice fue vanidad, se fueron de nuevo mi familia y esta vez para no volver. Mis pequeños no veían en mi mas que un extraño, una persona en la cual no se podía confiar. Mi esposa, a un ser que no valía la pena darle un consejo mas; que se conformara con lo poco y a la vez mucho que la vida le había dado. Solo a través del tiempo he entendido que la vida es cruel y nosotros a veces la hacemos aun más cruel.
Que la familia es mas importante que cualquier otra cosa y nuestros amados seres deben ser oídos mientras aun hay tiempo. ¿Cuantos dolores me hubiera ahorrado si hubiera escuchado y no entregado tantas cosas vanas? Solo si hubiera escuchado.... Si hubiera tomado un momento solo para escuchar. Pero nunca lo hice y ya no podré.
Pero ahora soy viejo, solo en mi casa y con tantas fotografías me refugio en la soledad. ¿Porque les herí tanto, cuando lo que mas quise fue su bienestar?
Ya es tarde, todos se han marchado. Todo se ha acabado, hasta el punto de estar abandonado a mi suerte. Una tarjeta de felicitaciones por un efímero año más, una carta alentadora después de una recaída de mi enfermedad, o una palmada luego de un acto generoso son mis méritos por todo lo hecho anteriormente.
Solo veo el paisaje y me doy cuenta que las huellas en la arena son nuestros propios pasos. Las huellas en la arena del tiempo son imposibles de borrar, solo debes esperar no recordar lo que otros no te ayudaran a olvidar.
Ya es tarde para volver atrás, solo se que tengo casi ochenta años y estoy muriendo de leucemia, pero mas doloroso aun es morir de tristeza y soledad.
Nota Importante: Dedico este texto a mis padres; un ejemplo de constancia, tenacidad, dedicación y valor. A mis amigos: Gracias a todos por formar una pequeña, pero muy importante parte de mí, No los nombrare porque cada uno sabe a quien me refiero. Pero gracias sobre cualquier cosa a Dios por ayudarme y darme las fuerzas para seguir siempre adelante, alcanzando y luchando por cada una de mis metas.
Casi al rayar el alba sòlo con la finalidad de meditar y así reconocer mis errores, mis pocas virtudes; no porque tuviera poca o escasa auto estima, sino que debía ser realista conmigo mismo.
Saber y reconocer en que había fallado, tratar de reparar daños y faltas, a quien había herido y, créanme, que había hecho bastante daño tanto a seres queridos, como a mi propia persona.
Comenzaba a caminar con los pies desnudos, sintiendo la fría arena de tan hermoso paraíso terrenal, con una vista simplemente espectacular e increíble que me hacia sentir muy chico y en cierta forma miserable. Recuerdo a mi familia, lo que fue, mis fabulosos hijos; Estefano y Fabián simplemente inteligentes, creativos y sencillos. Una hermosísima esposa; Lara, esbelta, inteligencia innata que mis hijos sin duda alguna habían heredado y el don de soportar a este; ahora, malgastado retrato de hombre. Una hermosa casa con vista a la gran ciudad, un magnifico auto y hasta una fiel mascota cuyo nombre aun no logro rememorar, un obsequio de su tía abuela en víspera de navidad para los niños cuando ambos contaban 8 y 9 respectivamente.
Todo o hasta mas por lo que había trabajado arduamente en la vida ahora me era gratamente recompensado.
Mis pasos por la fría orilla se hacen cada vez más continuos, mientras mis pies sienten la cálida sensación de relajación repentina frente a tan exuberante arena.
Rememoro a mi espectacular compañera; la cual a pasar de llevar tiempo casada conmigo cuidaba su hermosa figura como si aun fuésemos novios. Dándome dos retoños hermosos como prueba de un ferviente amor por mi; que todo esperaba, nada criticaba, todo soportaba, olvidaba pero como cualquier mortal tenia un limite que yo sobrepase, de modo que un día se marcho.
En este momento, siento como el agua fresca de la playa, baña con delicia mi vieja y cansada piel mientras la arena se desvanece. Como si de mi pobre alma se tratase para limpiar todo el daño que he hecho, tanto a otros, como a mi mismo.
De mis hijos; dos varones y una hembrita de la cual desconocía su existencia. Hasta solo después que mí amada Lara se marcho, yo no sabia que ella se hallaba embarazada. Nunca menciono de la existencia de nuestro último vestigio de amor. De mi pequeña larita, una replica exuberante de su madre. Inteligentes, simpáticos y buenas personas, como lo más hermoso que la vida me dio: su madre. Son hoy por hoy personas respetables que la sociedad aclama con frecuencia.
Pero todos me han abandonado, hasta mi viejo y antiguo perro, mi mascota ya no es tan fiel, me abandono como todos los demás.
Trato de ver hacia atrás, específicamente la arena por donde he cruzado y caminado e intento ver las huellas tras de mi. Pero es algo inútil se han desvanecido, se han borrado cada una a lo largo de mis pensamientos.
No sientan pena por mí aun cuando estoy triste y a punto de llorar, y tal vez en un estado lastimero, por lo que les he contado. De hecho, yo no he sido un santo con ninguno de ellos. A través de mi experiencia, me di cuenta que es importante dedicarles tiempo espacio y amor verdadero no superficial a nuestros amados seres.
Ahora me doy cuenta que falle muchas veces, pero ya es tarde. Es tarde para sentarme a lamentar lo que una vez tuve y probablemente nunca más tendré. Dedique tiempo de sobra a mi trabajo para que tuvieran todo y nada les faltara, nada. Así fue, vivieron la vida que había soñado para ellos. Pero me falto lo más importante: tiempo y continua dedicación para ellos, solo para ellos.
Hasta que un día, Lara, mi amada se marcho con los niños; pensé que pronto regresaría a compartir conmigo pero fue en vano. Al parecer, todo se había acabado, mi familia se había fragmentado. Pero no, un día regresaron después de haberles suplicado su vuelta. Todo marcho perfectamente bien, intente ser mejor pero nuevamente caí en el abismal círculo vicioso negativo del trabajo absorbiéndome cada vez más.
El sol ha despertado finalmente, sus rubios reflejos se hacen sentir y el paisaje empieza a aclarar. Todo cuanto hice fue vanidad, se fueron de nuevo mi familia y esta vez para no volver. Mis pequeños no veían en mi mas que un extraño, una persona en la cual no se podía confiar. Mi esposa, a un ser que no valía la pena darle un consejo mas; que se conformara con lo poco y a la vez mucho que la vida le había dado. Solo a través del tiempo he entendido que la vida es cruel y nosotros a veces la hacemos aun más cruel.
Que la familia es mas importante que cualquier otra cosa y nuestros amados seres deben ser oídos mientras aun hay tiempo. ¿Cuantos dolores me hubiera ahorrado si hubiera escuchado y no entregado tantas cosas vanas? Solo si hubiera escuchado.... Si hubiera tomado un momento solo para escuchar. Pero nunca lo hice y ya no podré.
Pero ahora soy viejo, solo en mi casa y con tantas fotografías me refugio en la soledad. ¿Porque les herí tanto, cuando lo que mas quise fue su bienestar?
Ya es tarde, todos se han marchado. Todo se ha acabado, hasta el punto de estar abandonado a mi suerte. Una tarjeta de felicitaciones por un efímero año más, una carta alentadora después de una recaída de mi enfermedad, o una palmada luego de un acto generoso son mis méritos por todo lo hecho anteriormente.
Solo veo el paisaje y me doy cuenta que las huellas en la arena son nuestros propios pasos. Las huellas en la arena del tiempo son imposibles de borrar, solo debes esperar no recordar lo que otros no te ayudaran a olvidar.
Ya es tarde para volver atrás, solo se que tengo casi ochenta años y estoy muriendo de leucemia, pero mas doloroso aun es morir de tristeza y soledad.
Nota Importante: Dedico este texto a mis padres; un ejemplo de constancia, tenacidad, dedicación y valor. A mis amigos: Gracias a todos por formar una pequeña, pero muy importante parte de mí, No los nombrare porque cada uno sabe a quien me refiero. Pero gracias sobre cualquier cosa a Dios por ayudarme y darme las fuerzas para seguir siempre adelante, alcanzando y luchando por cada una de mis metas.
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