martes, 11 de agosto de 2015

Discurso


(Discurso pronunciado el día 29 de julio de 2015 en honor a la Promoción XXI de graduandos del Instituto Náutico "Almirante Lino de Clemente")

LA CULMINACIÓN DE UN ARDUO PROCESO
Por Richard Sosa

     Generalmente, en actos académicos como este, se designa a uno de los padrinos para que diga un discurso. En esta ocasión, por sorteo cerrado, entre la profesora Marilyn Olivo y yo,  no hubo oportunidad de tal sorteo, ya conocen al personaje, y como ella está cansada de tal deber, me designó a mí. En eso consistió el sorteo. Entonces, este servidor buscó el tema más apropiado para desarrollarlo entre los hoy presentes. Pero yo no vengo a decir un discurso, tal como diría Gabriel García Márquez. Vengo a decir unas palabras de congratulaciones a los homenajeados, nuestros queridos graduandos.

      A fin de hacerlo, he decidido escoger, para dicho fin, el noble tema de la constancia. Pero ¿qué podría decirles sobre la constancia? Hubiera llenado unos cuantas páginas con anécdotas, y vaya que tengo algunas, ¿verdad muchachos?  Pero esto, al fin y al cabo,  no me hubiera conducido al fin deseado. Entonces les pregunto, en este orden de ideas: ¿Sabía el auditorio reunido la razón por la cual una pequeña gota de agua logra perforar el duro corazón de la roca? No se debe a que esta ejerza fuerza bruta sino a que la pequeña gota es constante. Solo así cumple su misión. De igual forma, hoy nos hemos reunidos acá para felicitar, honrando la constancia y el trabajo perseverante, con el cual estos jóvenes, se han mantenido durante cinco significativos años para lograr alcanzar esta pequeña pero significativa meta, en su camino hacia el éxito profesional: el ser reconocidos como bachilleres de la República Bolivariana de Venezuela.

       Observando en retrospectiva, tan solo cinco años atrás el Instituto Náutico “Almirante Lino de Clemente” recibió de manera grata, a estos niños y niñas con deseos de aprender y compartir con nosotros el proceso de formación, viviendo buenos y malos momentos, porque así es la vida. Hoy, nuestro instituto está contento, orgulloso,  porque han alcanzado la meta de manera exitosa. Hoy, a través de su distinguido cuerpo directivo, y su excelente cuerpo docente, el padre Instituto Náutico “Almirante Lino de Clemente” se enorgullece por devolverles a los padres y representantes presentes, no a un grupo de niños y niñas, sino a un grupo de hombres y mujeres que serán desde ahora materia prima y el gran futuro de nuestro aquejado país.

    Analicen  cada uno de ustedes sus propios sentimientos, consideren uno por uno los motivos por los cuales se sienten contentos en este momento. Es que tienen razones de peso suficientes para sentirse así y una de ellas es que a diferencia de las olas impelidas por el mar, ha sido su constancia la que les ha permitido estar sentados en este auditorio disfrutando su gran día; es esa  la causa por la cual celebramos este solemne acto.

    Toda esta serie de acontecimientos cotidianos vividos nos han unido por medio de lazos irrompibles con este grupo de jóvenes que hoy van  a abrirse paso en la vida. Es eso lo que yo quiero decirles este día. Pero repito, no vengo a decir un discurso; y sólo quiero nombrarlos protagonistas, en el caso de los graduandos, y testigos, en el caso de los que los acompañamos, respecto a la culminación de lo que yo denomino un arduo proceso para luego invitaros a compartir con el estudiantado de este plantel, el nostálgico instante de una despedida.

     Aquí están listos para partir, como columnas vivas que sostienen en sus hombros la responsabilidad de mis palabras, cuando yo digo: este grupo de muchachos está destinado a perdurar y a ofrecerle un mejor futuro a nuestro país. Todos ellos van a buscar la luz, brillando cada uno de ellos con luz propia, impulsados por un mismo ideal.

           No ha sido fácil pero tampoco imposible; todos ustedes han demostrado trabajo y ahínco constante a fin de lograr estar presentes este día, y eso, habla muy bien de cada uno de ustedes. Por eso, debemos regocijarnos, llenarnos de júbilo para agradecer a Dios por haberles permitido llegar hasta aquí, a sus padres y a sus docentes por haberles facilitado el camino. No se trata de un paso definitivo sino temporal. Algunos iniciarán pronto sus carreras profesionales y otros harán una pausa, no muy larga, pero con estas nuevas metas en miras, trabajarán para construir un mejor futuro para ustedes y sus futuros hijos.

¿Qué mas podría decirles como consejos, no finales, sino temporales?
1.- Como tantas veces se los he dicho, “Crean en Dios pero también en ustedes mismos”. Esa es la clave para lograr las metas.
2.- Sean constantes. Un edificio, una carrera o un proyecto de vida no se construyen en un solo día, se necesita constancia.
3.- Sean agradecidos, regresen a su instituto, no solo a buscar documentos de egreso sino a saludar a sus profesores u oficiales con el cariño y la calidad humana que los caracteriza.
4.- Disfruten de su vida de manera sana y con precaución.
5.- Finalmente, cuídense mucho.

          Honorable auditorio, hoy damos, por  terminado, el proceso de formación de estos jóvenes. Por eso, solo quiero en este momento felicitarlos y aplaudirles, nuevamente,  en nombre de toda la comunidad del Instituto Náutico “Almirante Lino de Clemente”. ¡Qué Dios los bendiga, hoy mañana y siempre Promoción XXI!